Escuela pública Montessori en Patillas se mueve a la ecología
Hace tres años recordarán el inmenso incendio en el Amazonas, Brasil. Incendio que duró más de un mes y que fue catalogado como uno de los peores en los pasados 10 años en esta zona, claro, sabemos que no ha sido el único y que cada vez son más comunes debido a la deforestación.
Quizás pensaríamos que este evento no tendría nada que ver con Puerto Rico, sin embargo, ese evento fue el que llevó a los niños y niñas de la escuela Montessori en Patillas a trabajar espacios ambientales en su plantel.
Según nos cuenta la guía Teresa Santiago, sus estudiantes de Taller II (9 a 12 años), llegaron un día bastante preocupados por lo que sucedía en el Amazonas a lo que ella les preguntó, cómo ayudar ante este evento.
La guía les habló de la polinización, y de ahí en adelante la escuela tomó un giro.
Ellos comenzaron con el tema de las mariposas y el sueño de tener un mariposario. Un tiempo más tarde llega el proyecto ambiental Sembrando Regresamos para apoyar a las escuelas del proyecto en el desarrollo de huertos, viveros y mariposario dándole la oportunidad de concretar ese anhelo y crear conciencia del ambiente.
El proyecto ambiental comenzó el año pasado con 40 estudiantes, pero su alcance ha pasado los portones escolares. Este proyecto se encuentra en 20 escuelas públicas Montessori como la Guillermo Reifkhol en Patillas, gracias a una colaboración del Instituto Nueva Escuela y Para La Naturaleza, ambas organizaciones sin fines de lucro.
La escuela actualmente tiene eco códigos, que ayudan a proteger el entorno de la escuela, vivero, jardines polinizadores, huerto, compostaje, murales sobre el ambiente y en proceso un proyecto de reciclaje, y en cada espacio han participado los estudiantes, guías, asistentes, familias y vecinos de la escuela.
Las guías Teresa y Valeria González, quienes están a cargo de estas iniciativas en dicha comunidad escolar, se han sorprendido del amor que los estudiantes tienen por la tierra y cada proyecto. Si algo han podido ver como resultado de estos esfuerzos es la integración de la comunidad escolar y la responsabilidad que ha desarrollado por estos proyectos.
Narraba cómo las familias y hasta negocios de la costa traen baldes de material orgánico a la escuela para que los estudiantes creen la composta.
‘’Yo le di una presentación a ellos de lo que podría ser parte de la composta y al otro día me trajeron bolsas de estiércol de vaca, de cabra y yo jamás me imaginé esto’’, compartió Valeria entre risas, una de muchas experiencias.
Este año esperan poder alcanzar a más estudiantes y familias, unirse a iniciativas del cuidado de las tortugas sobre el alumbrado rojo en toda la costa donde se ubica la escuela, continuar desarrollando los espacios verdes y con miras a ser una escuela ecológica.
Lo que comenzó como una presentación el semestre pasado, les llevó a observar el proceso de metamorfosis de 37 mariposas monarcas y luego, liberarlas. Este es uno de los muchos propósitos de los proyectos especiales en las escuelas públicas Montessori.