El trabajo de la niñez

 
 

Para los adultos, “trabajo” seguramente significa llevar a cabo un oficio para ganarse la vida.  O tal vez se refieran a “trabajo” como el producto de una actividad. De seguro, muchos coincidirán que los adultos trabajamos para producir algo.

Sin embargo, María Montessori hizo consciente al mundo de que el “trabajo del niño” es muy diferente al del adulto.  Ella concluyó que el trabajo del niño es su propio desarrollo; su propia construcción y formación.

En Montessori “trabajo” se refiere a toda actividad que un niño o niña lleva a cabo con propósito. O sea, nos referimos a trabajo como toda actividad que el niño escoge porque satisface una necesidad de su desarrollo.  Es a través del trabajo que el niño o la niña se va “formando” y desarrollando.  A la vez que trabaja y se forma a sí mismo, experimenta un gran gozo.

Cuando vemos a un infante muy concentrado en lograr un movimiento o en tratar de alcanzar un objeto, nos damos cuenta de que esa actividad satisface su desarrollo en esa etapa de su vida. Cuando vemos a un niño del nivel  Elemental descubriendo y memorizando las combinaciones de multiplicación con el tablero de dedos, vemos que el trabajo le llena de gozo pues ha logrado descubrir y aprender de manera independiente; por sí mismo.

El ambiente preparado es fundamental para que el niño pueda hacer su trabajo; para que pueda desarrollarse. El ambiente provee para el desarrollo del niño de acuerdo al plano de desarrollo en el que se encuentre. A través de la exploración del ambiente el niño escoge la actividad que su fuerza interna le guíe a trabajar. Esa fuerza interna responde a su desarrollo. 

A través de los materiales que provee el ambiente, los niños descubren y aprenden por ellos mismos; sin que el adulto se imponga o intervenga en el proceso interno del niño. La interacción de niños de diferentes edades en el ambiente promueve también el desarrollo de cada uno de ellos  pues a través de la observación y colaboración aprenden unos de otros.  Finalmente, el adulto o guía del ambiente observa y facilita todas las condiciones necesarias para que el ambiente provea lo que el niño necesita para hacer su “trabajo”; para su desarrollo.

*Escrito por Gladiza Santiago, Coordinadora de Taller II en el Instituto Nueva Escuela

Xavier Rivera