A recibir tranquilos el regreso a clases

 
 

El regreso a clases de manera presencial se asoma ya en la vida de las familias en Puerto Rico. Tomando en cuenta el contexto histórico y social en que nos encontramos, está claro  que el próximo año escolar será diferente y nuevamente traerá consigo cambios en la vida de nuestros niños y jóvenes.

Como siempre, es importante prepararnos como familias y como comunidad para los retos que se avecinan.

Según Khiara Pérez Cintrón, Coordinadora Psicosocial  del Programa Escuelas para la Paz del Instituto Nueva Escuela (INE), los niños tienden a imitar lo que observan en los adultos, así que es clave lo que estos le transmiten. "Son bien válidos todos los miedos o las preocupaciones que puedan presentar los padres, pero es clave que al menos frente al niño se tenga una postura positiva y resiliente. En la medida que ellos sientan esa seguridad y vean que en su entorno las cosas están funcionando, ellos se van a ir acoplando", explicó. 

A continuación destacamos algunos consejos que nos compartió la trabajadora social para ayudar a las familias en el regreso a clases.

  • Evitar transmitir miedos

"No es recomendable exponer a los niños a conversaciones de adultos donde se discute o conversa sobre las noticias difíciles,  los cambios abruptos, la toma de decisiones. Estas podrían generar mayor miedo y/o inseguridad en los niños", dijo Pérez. Muchas veces los adultos sin querer tratan estos temas ante la presencia de los menores y esto se debe evitar. 

  • Conversar sobre cómo será su regreso a clases

Si bien los padres y cuidadores no deben sobreexponer a los niños a la información sobre los peligros y/o cuidados ante el COVID, tampoco se recomienda dejarlos enajenados. "Hay que transmitir a los niños toda información que les prepare y les de tranquilidad, siempre en armonía con la etapa en la que se encuentran". Escuchándolos, respondiendo las preguntas que nos hacen, estableciendo nuevas rutinas y protocolos con alegría y seguridad, les brindamos justo lo que necesitan para sentirse seguros.

  • Escuchar

"Debemos tener esa conversación abierta donde como padres y madres escuchemos a nuestros hijos e hijas, saber cuales son esas preocupaciones, si alguna, nos ayuda a atenderlas con tranquilidad… En esa conversación validamos todo lo que sienten e incluso mamá o papá pueden decir 'yo también me siento así' y ayudarlos a identificar esas emociones. Quizás los más pequeños no puedan decir cómo se sienten y dicen cosas como 'me duele la cabeza' o 'siento que quiero llorar' pero juntos pueden identificar las emociones y nombrarlas", explicó. "En la medida en que yo como papá o mamá pueda identificar qué es lo que está sintiendo mi hija/o, puedo ayudarlo/a y decirle 'es válido lo que estás sintiendo', y explicarle bien a lo que se va a enfrentar y cómo juntos lo van a superar".

  • Practicar 

Ya va más de un año desde que se les dijo a nuestros estudiantes que su hogar era el lugar más seguro y que debían permanecer allí. Y aunque muchos están deseosos de regresar a la escuela, es posible que presenten ansiedad de separación, miedo, entre otras emociones. Para lidiar con esto podemos ir estableciendo unos tiempos “paulatinos” para practicar la separación y el junte con otros amigos/as.  Esto puede realizarse dentro del mismo hogar en cuartos separados, en espacios abiertos en la naturaleza,  o con ayuda de alguien de confianza que pueda velar por los niños por un tiempo. Asimismo, explicarles según su nivel, cómo su escuela se ha estado preparando y los adelantos científicos que han surgido durante este tiempo que permiten ese regreso. "Es importante dejarles saber que debemos confiar en el proceso, y en los protocolos establecidos por su guía, saber que esto no va a ocurrir de la noche a la mañana, y que hay que empezar a practicar de manera gradual", añadió.

  • Ser realistas 

Como cuidadores podemos sentir la urgencia de instar seguridad repitiendo "todo va a estar bien". Nuestros niños y jóvenes han sido testigos de que esto no siempre es así, y repetir este tipo de frases puede crear desconfianza en los adultos. Sin embargo, hay aspectos positivos que sí podemos destacar como recordarles que van a poder ver a sus amigos/as y guías, aprender cosas nuevas y tener ese espacio de socialización que es tan necesario. "No todo es malo, aunque sí va a ser en circunstancias diferentes", puntualizó Pérez al añadir que con tiempo podemos buscar estrategias para esta nueva realidad.  "Por ejemplo, a un niño que le encanta abrazar, le podemos enseñar un saludo más seguro para todos". 

El programa Escuelas para la Paz del Instituto Nueva Escuela tiene presencia en 13 escuelas Montessori con su proyecto de Casa Familiar. Durante la pandemia han podido extender sus servicios psicosociales de manera virtual a otras comunidades escolares y siempre están dispuestos a canalizar cualquier ayuda que pueda necesitar alguna familia de la comunidad de las escuelas públicas Montessori. 

Xavier Rivera