Los planos del desarrollo

 
 

Por: Gladiza Santiago 

María Montessori, a través del trabajo con niños, niñas y jóvenes, concluyó que el desarrollo humano no ocurre de forma lineal ascendente, sino a través de una serie de planos formativos.  Montessori identificó cuatro periodos o planos del desarrollo que explican cómo se va formando el ser humano desde el nacimiento hasta la adultez.

En cada plano hay una meta específica del desarrollo. Por lo tanto, el niño y joven en desarrollo trabaja intensamente hacia el logro de esa meta a través de la manifestación de las tendencias humanas y de los periodos sensitivos particulares de la etapa en la que se encuentra. 

Los periodos sensibles al comienzo de cada plano aparecen, aumentan, llegan a su máximo y  declinan para luego dar paso a nuevas sensibilidades y así sucesivamente. Es por eso que los cambios que se producen de un plano a otro son extraordinarios.

El primer plano es el de la infancia y comienza desde el nacimiento hasta los seis años. La meta principal o la dirección del desarrollo en esta etapa lleva al niño a “construirse” a sí mismo; a querer ser independiente. Desea hacer las cosas por sí mismo. 

En este periodo el crecimiento físico del niño es intenso. La tendencia a la exploración es sensorial.  Su mente es como una esponja pues pareciera como si el niño “absorbiera” todo lo que le rodea a través de los sentidos. Este también es un periodo sensible para el desarrollo del lenguaje, el orden, el movimiento y el refinamiento de los sentidos. El pensamiento del niño es concreto y se está comenzando a formar el carácter.

 
 

El segundo plano del desarrollo es el de la niñez. Comprende las edades de 6  a 12 años. La meta durante esta etapa es el desarrollo de la independencia intelectual. El niño quiere pensar por sí mismo. Es un periodo sensible para el desarrollo de la imaginación, la abstracción y la moral.  Es un periodo de relativa calma física. El niño absorbe la cultura y muestra la tendencia a la exploración social, pues ya manifiesta el interés de trabajar en grupo. Es en este periodo se interesa también por conocer sobre todo, lo que le rodea.

El tercer plano es el de la adolescencia, que se manifiesta de los 12 a los 18 años. La meta del desarrollo es la formación del ser social. El adolescente pasa por un desarrollo físico intenso, por cambios hormonales y por un desequilibrio emocional. Este es un periodo de exploración social pues el adolescente desea integrarse a la sociedad. Buscan la independencia de la autoridad y les gusta discutir o debatir sobre ideas abstractas gracias a su capacidad para el pensamiento crítico.

Por último, el cuarto plano es el de la madurez. Entre las edades de 18 a 24 años, la meta del desarrollo es la formación del ciudadano del mundo por medio de la autoconciencia y la autorrealización. 

Los cambios físicos ya están completos en el joven adulto. Es una etapa de estabilidad y relativa calma. El ser humano es un “explorador especializado” que se prepara para aspirar a la independencia económica y a contribuir a la sociedad a través de una profesión u oficio. El joven adulto quiere ser útil y productivo ante el sentido de responsabilidad que siente hacia el mundo. 

Para concluir, es importante mencionar que cada plano se construye sobre el anterior, por lo que las experiencias que haya tenido el niño, niña o el joven afectarán su próximo periodo de desarrollo.

Xavier Rivera